“…forman rebaños airados que toman ruidosamente las calles, se empeñan en decirnos cómo debemos vivir y educar a nuestros hijos. Es el problema de los que tienen una fe, que tienden a expresarse con la violencia e impunidad de los que se creen portadores de la verdad”
Gustavo Martín Garzo
En estos tiempos de calentamientos globales bajo cero donde la muerte se almacena en contenedores anónimos y negros acunada con nanas blasfemas, donde la inteligencia es ya mero tumor extirpado por cesárea desde una razón violada por subvencionados que masturban la opinión, vemos que algo se empieza a mover.
El laicismo, ese hijo natural de la modernité, atractivo como un ángel caído y macho con sed de venganza viene con engolamiento y soberbia a empujar a los rebaños airados de Cristianos y demás gentuza a sus casas o a sus templos. Si, esos que apenas antesdeayer fueron empujados a fosas comunes bajo chanzas, Corazones amputados de Jesús y demás sacrilegios pero les dio por resucitar.
Las cofradías, dejando por una vez sus mediocridades y absurdas guerras se han decidido por fin a salir de ellas mismas y su mundo, muchas veces opaco, para mostrar la otra mejilla y empujar todos a una ese paso inmóvil y apolillado que forma todo el catolicismo en España. Después de lustros escondiendo la cabeza bajo un capuchón que, mas que de penitencia se estaba trasformando en mero reclamo “folclorista” y riendo en lo bajini las gracias a asesinos, blasfemos y demás ralea, deciden mostrar la anhelada mejilla. Aquella que está sin abofetear, virgen y mostrar así que esta absurda canalla despreciada por el mundo y hasta por ellos mismos llamados Cristianos tenemos mejillas y alguna cosita mas.
Un algo mas que nos sigue sosteniendo en pie y erizando el sistema nervioso para seguir mostrando que lo nuestro no es un baile dieciochesco de “ideas”, ni “compromisos” ni “modas”, ni tertulias de salón en sobremesa donde hablar del sufrimiento ajeno entre bostezos mientras pedimos otro whisky al camarero.
Que no somos una secta que se flipa con el incienso de ritos ya secos y que apenas aspiran a dejarse oír por un sujeto invisible, ensangrentado y bello al que pedir buena suerte cuando empezamos a sentir síntomas de cáncer en el alma. Ritos mecánicos y ocultos secuestrados desde la alcoba al templo y que aspiran a morir de aburrimiento en la intimidad de unas neuronas con resaca que anhelan un “algo mas”, pero no se sabe que.
No, queridos, esta canalla adormecida y anestesiada por el mundo empieza a entender que tiene una Buena Noticia y, no solo eso, que tiene que defenderla y propagarla. Que ante la muerte hay que denunciar al asesino, que al impostor que viene con alejandrinos a contarnos historias de seres alados y muchachas vírgenes, hermosas y que acaba con una historia “disparatada y hermosa” (que pena que no se la haya ocurrido a él, verdad, hubiera sido un best seller superguay), hay que decirle que no entiende nada y que se vaya a su jardín a hacer lirismo.
“Recordamos vuestras lúgubres Semanas Santas, vuestros colegios clasistas, vuestra feroz persecución del deseo, vuestras terribles amenazas, vuestra malsana obsesión por los asuntos de alcoba”
Gustavo Martín Garzo
Autor: McMurphy
5 comentarios:
Estimado McMurphy,
leyendo la noticia que comentas y a la cual nos remites me he encontrado un artículo en el mismo "El Día de Valladolid" con una frase del arzobispo de la ciudad Braulio Rodríguez Plaza que me parece espectacular:
"Dios "perdona siempre", los humanos "algunas veces" pero la naturaleza "nunca"."
En cuanto a tu post, yo creo que una ofensa perdonada es más eficaz o cuando menos más cristiano que responder a una ofensa con otra. Entiendo de todos modos que al mal hay que combatirlo y perdonando quizás no se consiga nada ¿o sí?.
Bueno, un abrazo,
Roge
Hola querido Roge,
Precisamente hace apenas unos días y visitando a mi tío Jesuita -que está ya muy mayor- en la residencia de la Compañía leímos juntos esa misma frase y la comentamos entre todos (estaban mis padres y otra tía monja de Chile).
La encontramos en uno de esos calendarios manuales de santoral en que cada día aparece un texto y una reflexión. Me parece que es rigurosamente exacta y brillante.
En este caso creo que no es cuestión de perdón a quien no tiene ninguna conciencia de culpa o de haber hecho algo mal. Al señor Garzo por diferentes razones le han ofrecido un encargo de algo en que él no cree. En este sentido nuestro deber es avisar que de lo que el escritor va a hablar (basado en sus propios pensamientos sobre el catolicismo) no es el cuento de hadas y la historia “maravillosa y disparatada” que él ve. Es algo más y nosotros se lo explicamos tranquilamente pero corre el peligro de desvirtuar todo un Mensaje.
Del mismo modo el tema del genocidio abortista. No seré yo quien perdone o no a esas madres, pero será mi deber denunciar un crimen y no callarme para ser cómplice del mismo.
Al mal, querido Roge, yo creo que desde luego no se le combate con en silencio y escondiendo las mejillas. Se enseñan y se explica el tema.
Eso es todo. Mudos no nos quedaremos.
Abrazote.
A mi entender, en este tema del pregón, es más importante el Sr. Martín Garzo que lo que pueda decir(nos). De algún modo él está pasando una prueba importante, el Señor, y no otros, lo ha puesto en esa situación tan peculiar, hablar en un lugar sagrado para nosotros.Sin duda esta situación no deja de ser una llamada de Cristo a él personalmente. No es lo que nosotros podamos decirle intelectualmente, sino la actitud cristiana profunda y sincera hacía él la que puede colaborar en esa llamada de Cristo. Es una persona que no cree en Dios pero la semilla que puso su madre sigue estando en él.
"Y sin embargo, yo, que no soy creyente, estoy agradecido al catolicismo, porque escuché sus historias de labios de mi madre. Claro que mi madre nunca nos imponía nada y se limitaba a transmitirnos su fe a través del amor, que no busca atemorizar sino la complicidad y el consentimiento."
G. Martín Garzo. "Sobre el catolicismo" El País 24-7-2007
Quizás algún día nos demos cuenta de que son, o han sido verdad, muchas de las cosas que nos dicen los no creyentes.
De todos modos, reconozco que no tengo del todo claro este tema de como evangelizar en el mundo actual.
Un abrazo estimado McMurphy
Roge
Amigo McMurphy:
Muchas gracias por tu visita y por el amable comentario. En efecto, la película de The Searchers (aquí se llamó Centauros del desierto, como sabes) es una de mis favoritas. No me extraña que esté en tu Olimpo. Fíjate que a mi esposa no le gustan los westerns, pero éste, en cambio, le encanta.
Tu post sobre las Cofradías se anticipó a la Semana Santa. Me ha gustado mucho, en especial el párrafo donde dices: "(...) esta canalla adormecida y anestesiada por el mundo empieza a entender que tiene una Buena Noticia y, no solo eso, que tiene que defenderla y propagarla". No es fácil, pero debemos intentarlo. Ya San pablo hablaba de la 'necedad de la predicación', pero así ha querido Dios que se propague su Buena Noticia. Respecto a Martín Garzo te diré que podrá ser muy buen escritor, pero a mí me repelen sus opiniones.
Cambiando de tema, hace unos días puse un enlace de vuestro blog en el mío. A ver si puedo pasarme algún otro día a comentarte.
Un fuerte abrazo, Almirante.
Que pases unos felices días
Amigos de Vincula Christi, en general, y McMurphy, en particular:
tenéis unos premios a vuestro nombre en mi blog, por si deseáis aceptarlos y ponerlos en el lateral de vuestro magnífico blog.
Un fuerte abrazo a todos
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