lunes, 26 de enero de 2009

El Resto de Israel


El viento hace resonar la buhardilla. La sierra ruge y las luces de emergencia se iluminan varias veces durante la noche. Lo percibo desde “el intervalo que separa la vigilia del sueño” y me parece estar en mi isla oyendo el mar aparearse contra la marina. Antesdeayer en las gélidas temperaturas del norte, ayer en la nieve de la Meseta y hoy en el vendaval de la Sierra, la Naturaleza continúa su sinfonía de pasión y guerra.

Estamos rodeados por un vertical de rocas. La ciudad se va quedando lejos y nos acercamos al corazón de la montaña entre curvas y paradores. En ese corazón de piedras reina una con forma de Cruz que nos da la bienvenida. Piedra entre piedras, tallada en símbolo para reflejar el Sentido.

Los monjes nos saludan. Tienen esa mirada profunda y cariñosa que nos hace reconocer en ellos lo mejor que tenemos. Van llegando paulatinamente el resto de rebeldes y nos saludamos con inusual ardor para ser la primera vez que muchos nos vemos. Quizá es que nos estábamos buscando desde hace tiempo y… por fin. Por fin, nos hemos encontrado.

La luz eléctrica ha desaparecido entre la naturaleza. Nos acercamos a la sala donde un fuego invitador nos recibe para construir un hogar.

Un hogar de hombres libres.

Nueve hombres alrededor de una mesa redonda se han unido para dar testimonio, denunciar un crimen y compartir su Fe para desarrollarla en acción. La biblioteca de la sala queda en la penumbra y todo es un contraluz enmarcado entre el fuego que chisporrotea y ventanales que dibujan nieve. La reunión comienza, y un juego de perfiles explican el por qué de estar aquí. Se recuerda que cada persona es un rayo de sol hacia el gran astro. Cuanto mas cerca estén del sol, mas se acercarán ellos mismos.

Estos hombres vienen de más allá de las montañas. Alguno incluso de más allá de los mares. Tienen edades diversas, biografías diferentes, heridas distintas. Pero se han encontrado por la Gracia de Dios para evitar un naufragio anunciado y construir un arca de salvación.

Cada uno da parte de su situación y de donde vienen, del por qué Dios ha querido que estén aquí ahora. De su particular combate hacia un mundo conquistado por dioses que exigen veneración y sacrificio. De dioses que exigen vidas para ofrecer vacío. De dioses que han expulsado a Dios para recluirle en templos y neuronas subjetivas y ociosas. Residencia de exilio y cárcel hasta la desaparición. Estos hombres vienen huyendo de la muerte. Y no quieren solo sobrevivir, sino buscar La Vida. Su Vida. Vienen buscando el manantial del agua eterna que les ha formado y que se quiere secar.

Los nueve hombres terminan el debate. Se visita el monasterio, hogar románico. Ese arte diseñado para la Iglesia militante y combativa, el arte de trinchera que conserva y defiende la esencia. El hogar del monje, místico y guerrero que se defiende y encara al exterminio. En una pequeña capilla los nueve rezan, piden, se dan la Paz y comulgan en memoria de Cristo. Haciéndose todos Hermanos. Nueva familia que escucha el consejo del sacerdote-padre en esta aventura hacia la Vida.

L la comida se unen los monjes, las piedras vivas y libres del monasterio. Sus ojos vivos de niños inquietos y sabios con cuerpos de adultos nos enriquecen con su presencia. Son testigos de la Vida, viven en ella. Nos hablan de ella con tanta humildad, ardor y testimonio que asusta tanta lucidez.

Se come y se ríe. Se comparte el vino como en las bodas de Caná. Se desborda la alegría en esta fiesta de hermanos. “Mientras no nos quiten la alegría no nos quitarán nada” comentan.

Es tiempo de volver. Nos abrazamos con emoción anhelando el nuevo encuentro. Se abre el portalón. Un nuevo sol helado reluce en la sierra y el viento entona su oda en A Major.

El viaje ha comenzado.



jueves, 8 de enero de 2009

Mar adentro


Todo llega y es llegado el momento de ir echando a andar con Vincula Christi, asociación civil constituida el pasado 29 de septiembre y aprobada oficialmente el 3 de diciembre del presente. El Preámbulo de la Asociación ya se publicó en este blog y en "El tiempo roedor", a fin de que pudieran hacerse una idea general de la misión que tenemos por delante.

Sin embargo ha llegado el momento de empezar a andar y eso requiere alguna organización. Saber al menos cuántos somos a la hora de empezar, elegir una Junta Directiva y unos órganos de representación, determinar las prioridades, recoger sugerencias y propuestas, vernos, conversar, almorzar juntos; es decir, conocernos mejor y ver por dónde tiramos y cómo. Les propongo entonces que nos reunamos en el Monasterio de San Julián y San Antonio de La Cabrera (Madrid), un mágico recinto proto-románico del s. IX, enclavado en un bellísimo paraje de la sierra de La Cabrera. Un sitio al que estoy muy vinculado por muchas razones que les contaré a su debido tiempo. Los monjes nos dejarán una sala de reuniones y además celebraremos allí una misa "fundacional". La idea es que llevemos cada uno alguna cosita para comer y almorzamos allí también. O sea, retiro monástico absoluto.


Nos hemos dado cita el sábado 24 de enero, festividad de San Francisco de Sales -patrono de escritores y periodistas, por cierto- a las 10,30 de la mañana . Mantendremos una reunión hasta las 13; celebraremos una Misa después en el viejo cenobio mozárabe, almorzaremos y proseguiremos un rato de sobremesa con la reunión. Quien pueda y quiera incorporarse a esta aventura apostólica, sea bienvenido. Quienes vengan tengan la bondad de confirmarlo en este blog o a través de la cuenta de correo de la asociación. Y si quieren que acuda alguna otra persona que a su juicio sea conveniente que esté o pueda tener ganas de incorporarse a la Asociación, pueden invitarle con absoluta libertad.


Quisiera dejarles, antes de despedirme, unos versos del poeta y premio Nobel de literatura, Eugenio Montale. El poema lleva por título "Antes del viaje":


Antes del viaje se escrutan los horarios,

los enlaces, las paradas, y las reservas...

(En fín, antes del viaje, uno lo prevé todo)

Antes del viaje se está tranquilo [...]

Después se parte y todo está OK,

y todo sale bien y es inútil.

(De acuerdo, hagamos un crucero. Todo OK. ¿Y luego? Ha resultado inútil)

Y ahora, ¿qué será de mi viaje?

Demasiado cuidadosamente lo he estudiado [mi viaje],

sin saber nada de él.

(Como el hombre moderno, que hace mil análisis pero no comprende nada del significado). Aunque Montale continúa...

Un imprevisto

es la única esperanza.

(Todo está previsto ¿no?, todo ha sido previsto. Pero un imprevisto es la única esperanza). Y el poeta concluye:

Pero me dicen que

es una estupidez decírselo.


Cristo es el gran imprevisto. Él es la única esperanza.

Habrá que decirlo.


Feliz Navidad y que el año que asoma por la esquina nos sea benigno a todos.